En 2017, Oscar Aguad adquirió cinco aeronaves francesas que estaban en desuso y costaron 12,5 millones de euros. La excusa fue la cumbre del G20, aunque se entregaron seis meses después.
Durante la semana que empieza este lunes, el Ministerio de Defensa tendrá lista una auditoría sobre la insólita operación en la que se compraron cinco aviones de guerra franceses Super Etendard por 12,5 millones de euros. Eran aparatos en desuso que se sabía que no iban a volar y que se compraban para ponerles después los repuestos necesarios y poder usarlos, entonces sí, en el aire.
La adquisición se hizo en el marco de supuestas necesidades defensivas para el G20, cuya cumbre fue el 30 de noviembre de 2018. Los aviones, sin embargo, llegaron en mayo de 2019 y, lo que es más grave, en la Armada había informes que indicaban que los repuestos eran muy difíciles o imposibles de conseguir. Por ejemplo, los asientos eyectables -que son la vida o la muerte del piloto- son de fabricación británica y, por lo tanto, su venta a la Argentina está vetada.
La Sindicatura General de la Nación (Sigen) hizo observaciones el año pasado y ya está participando la Oficina Anticorrupción. Una vez que esté la auditoría, se tomará la decisión de hacer o no una denuncia penal. Las alternativas son desde el incumplimiento a los deberes de funcionarios públicos por irresponsabilidad, pasando por la defraudación al estado o la sospecha de que alguien cobró una coima por la operación.
Marcos Peña, Oscar Aguad y Nicolás Dujovne
La compra de los Super Etendard era rara por donde se la mire. Esta semana, el programa ADN, que conduce el periodista Tomás Méndez, publicó los chats entre funcionarios del macrismo, en 2017, en el que se reflejaron los aprietes franceses para que la compra se hiciera. La decisión administrativa la terminaron firmando el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Defensa, Oscar Aguad. Los fondos los dispuso Nicolás Dujovne, titular de Economía, después de recibir los whatsapp en los que le notificaban la urgencia.
Lo insólito es que el paraguas para la compra eran las necesidades planteadas por la cumbre del G-20, por la que estarían en Buenos Aires los mandatarios de los países más poderosos del mundo. De manera que harían falta aviones que vuelen, no aparatos que, por contrato, se establecía claramente que “no están en condiciones de vuelo”.
La grotesca excusa del G-20
La compra se concretó a fines de 2017 de manera que era imposible que los aviones estuvieran disponibles para noviembre de 2018. Sucede que no sólo se trataba de conseguir repuestos que no se conseguían, sino que una vez lograda la totalidad del material, tras el armado, un avión requiere de no menos de seis meses de pruebas.
Página 12/ https://www.pagina12.com.ar/411018-la-insolita-compra-del-gobierno-de-mauricio-macri-aviones-de
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