Es nuestro más ferviente deseo hacerles llegar todo nuestro agradecimiento y el más cálido afecto a todos ustedes por su patriotismo al haber aprobado los pliegos de los doctores Rosatti y Rozenkrantz que ayer se han decidido a hacer justicia. Sabemos que organismos que apoyan a la subversión habían impugnado a ambos jueces presentando cientos de objeciones, pero ustedes no se dejaron engañar con esa farsa cobarde de los derechos humanos y tuvieron el coraje de llevarlos hasta la Corte Suprema. Nuestro reconocimiento hacia ustedes es doble, porque sabemos que han sido elegidos por el voto de esa masa manipulada por los resabios de aquel terrorismo apátrida que volvió para corromper nuestra Argentina en esos terribles doce años en el que el país fue gobernado por una secta de extremistas demagogos que nos hizo descender como sociedad hasta la más despreciable barbarie. Por todo ello, senadores y senadoras del FPV y del PJ, saludamos y queremos abrazarlos uno por uno. Y agradecerles con el corazón. Gracias, Eduardo Aguilar. Gracias, Hilda Aguirre. Gracias. Gracias, José Alperovich. Gracias, Walter Barrionuevo. Gracias, Inés Blas. Gracias, Salvador Cabral. Gracias, Julio César Catalán Magni. Gracias, Graciela De la Rosa. Gracias, Carlos “Camau” Espínola. Gracias, Liliana Fellner. Gracias, Silvina García Larraburu. Gracias, Ruperto Godoy. Gracias, Pedro Guillermo Guastavino. Gracias, Juan Manuel Irrazábal. Gracias, Ada Rosa Iturrez de Cappellini. Gracias, Sigrid Kunath. Gracias, María Laura Leguizamón. Gracias, Mirtha Teresita Luna. Gracias, José Miguel Mayans. Gracias, Dalmacio Mera. Gracias, José “Nato” Ojeda. Gracias, Juan Mario País. Gracias, Omar Perotti. Gracias, Daniel Pérsico. Gracias, Miguel Angel Pichetto. Gracias, Marina Riofrío. Gracias, Rodolfo Urtubey. Gracias, Gerardo Zamora. Y gracias, Juan Manuel Abal Medina. Somos muchos los que recibiremos la libertad por el voto que ustedes nos han otorgado, y esperamos ansiosos ese momento para poder agradecerles de forma más íntima. Estamos con muchas ganas de agasajarlos con un asado bien argentino, y ya nuestro querido Miguel Etchecolatz se ofreció a hacerlo y pone la casa. Así que apenas estemos en condiciones, los esperamos para brindar juntos por este acto de justicia que ustedes han propiciado. Tenemos ganas de verlos y de charlar con ustedes para que nos conozcan y vean que todavía tenemos mucho para darle a este país. Un país que no se merece que aquellos subversivos que hoy cobardemente se ocultan detrás del disfraz de la política, esa verdadera carroña antinacional, sigan pululando por ahí y con planes para volver a tomar el poder. Cuando estemos listos, les avisamos para que vengan al asado. Que las senadoras traigan el postre, nosotros ponemos el vino.
Esperamos verlos pronto. Un cariño grande.
Alfredo Astiz, Jorge El Tigre Acosta, Miguel Etchecolatz y otros muchos amigos favorecidos por vuestro voto.
Por Carlos Barragan
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