PERIODISMO MILITANTE.
Desde hace ya un largo tiempo, se intenta descalificar un periodismo comprometido con el actual proceso político que gobierna el país, llamándolo peyorativamente "periodismo militante", como si esa condición, por si sola fuese suficiente para denigrar la labor de los periodistas que trabajan en esos medios, que expresan esa posición.
Veamos ahora que significa ser periodista: es una profesional que expresa una visión de la realidad, la describe, la informa, la presenta desde una mirada que expresa una ideología, esto es un conjunto de ideas, una visión del mundo, un sistema de construcción de pensamiento que responde a una determinada posición frente a la vida, las cosas, los hombres.
Esa condición es de todos los seres humanos, de la actividad que realicen, cada uno de nosotros como expresión de una personalidad, y mas aún quienes desarrollan pensamiento crítico, con perfil determinado y fijado por sus propias subjetividades.
¿Está mal esa manera de ejercer cualquier profesión? , ¿o es una condición inherente al ser humano?
Sin dudas algunos esconden esa particularidad detrás de supuestas objetividades, pretenden travestirse de impolutos hombres y mujeres que "sólo trasmiten noticias", que su profesionalismo es superior a sus subjetividades, que su pensamiento no tiñe su asepsia y que los dueños de los medios "no inciden en las noticias".
Sin embargo otros periodistas que expresan si un pensamiento acabado son capaces de abrir un abanico de informaciones, con lecturas propias, con invitados de todo el espectro político, empresarial o deportivo, sin falsas posiciones abstractas, sino desde una visión comprometida de la realidad, a la cual someten su quehacer periodistístico.
Son dos ejemplos de conductas de la ética, del manual de periodista, que se recita en las academias y se practica poco en la práctica diaria.
Sin embargo el título del primer periodista militante, partidario que utilizó el medio que aún perdura, como lanza efectiva de su política de poder, llamando a deguello a los opositores, sin tapujos ni dudas, confrontando con sangre a quienes oponían sus opiniones supuestamente "modernas" frente a un interior "atrasado", fue el General Mitre, que no ganó ni una sola batalla, que llevó a la muerte a miles de hombres, en la batalla de Cepeda solamente 2.000, en la Guerra de la Triple Infamia decenas de miles de compatriotas muertos, recordar Curupaytí, pero que sin embargo ganó una batalla decisiva en la historia, que fue el espacio simbólico desde las páginas del diario La Nación, que aún hoy se puede recorrer en su historial del siglo XlX, derramando sangre de criollos que según su socio Sarmiento, "sólo servía para abonar la tierra".
No fue acaso Mitre quien al regreso de la rotunda derrota de Cepeda exclamó y escribió ante los porteños, "les devuelvo las legiones victoriosas que me confiaron". Nada dijo de la derrota ni de Urquiza, sólo como hoy desde el diario La Nación, apuntalaba sus intereses y los de sus socios, que por supuesto fueron rotando con los acontecimientos, pasando de héroes a villanos, en una tarea de periodismo militante, que se prolonga en el tiempo, hasta ahora.
No fue Moreno un militante a través de la Gaceta, no lo fueron José Hernandez, Alberdi o el mismo Sarmiento desde su exilio en Chile, proponiendo entregar la Patagonia a los chilenos, como devolución personal del acogimiento a su persecusión política?
Todos ellos fueron militantes de una política con las cuales algunos pueden coincidir o no, pero expresaron sus procesos políticos de poder a través de los medios, que en algunos casos consolidaron y en otros fracasaron, pero fueron instrumentos de penetración de ideas y de construcción del relato histórico.
En el caso de Mitre no sólo expresó su tiempo, sino que tiñó las hitoria nacional con un sesgo que negó a San Martín entregando testamentariamente su sable a Rosas por su gesta heroica de Obligado, enterró a Artigas, Andresito, Juana Azurduy, Felipe Varela, denigró al Cacho Peñaloza, a Facundo, ensalzó a Lavalle, asesino de Dorrego, al manco Paz, tildó de dictador a Rosas y levantó a Roca en su primera etapa, hasta que los enfrentó en las batallas de Puente Alsina y Plaza Once, apoyando a Tejedor, intentando por última vez, defender a la oligarquía porteña de las huestes "salvajes" del resto del país.
Desde La Nación hoy se critica hipocritamente "al periodismo militante".
Ni hablar de otros medios con menos compromiso ideológico, pero muchos mas intereses políticos, que también expresan una política como Clarín y su grupo que no sólo lo utilizan como lanzadera misilística contra el gobierno, sino que intentan, como Mitre de crear un relato que demuestre que su posición, ante la historia es la que se corresponde con una visión "seria " del país. Para eso no dudan en denigrar la Argentina en el país con una política de temor y odio, sino en el exterior con una campaña que favorece a sus socios, enemigos del país, como los fondos buitres y aquellos sectores de la especulación financiera que apuestan a la derrota de "los populismos en América Latina".
Entonces quienes son o no son militantes del periodismo o periodistas militantes, en un maniqueísmo de buenos y malos que impregnan la visión política de una democracia, en donde se le exige a los funcionarios que digan la verdad, que es tergiversada diariamente por estos medios, que expresan intereses heridos por las políticas distributivas del peronismo en el gobierno.
Lo mismo hicieron en 1955, con Perón, luego con Frondizi e Ilía pese a ser gobiernos surgidos de proscripcion del peronismo, favoreciendo los golpes de estado cívico militares, lo repitieron en 1976, ocultando el genocidio, en los 90 avalando el saqueo neoliberal, ahora dándole protección mediática a Macri y Masa.
Son periodistas militantes, como lo somos nosotros, pero con la diferencia que nosotros no mentimos supuestas objetividades, lo decimos, lo asumimos, lo practicamos.
JORGE RACHID
y deben estar orgullosos compañeros, feliz día.
ResponderEliminarMe solidarizo con tus anhelos y propuestas , Jorge. Felicito a todos los colaboradores " militantes " y su esfuerzo. Nos sentimos beneficiarios culturales de ese verdadero Periodismo.
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