viernes, julio 12, 2013

JUANA AZURDUY: MADRE, COMPAÑERA Y COMBATIENTE ANTIMPERIALISTA.





Juana Azurduy de Padilla nació en Toroca, Provincia de Chayanta, Bolivia, el 12 de julio de 1780. Era hija de un criollo y una indígena y como tal debió soportar el estigma social al que eran sometidos los mestizos en la colonia.

Fue educada en el Convento de Santa Teresa de Chuquisaca, donde fue internada por sus padres intentando domésticar el temperamento beligerante de la niña. Juana se escapó del convento y a los 22 años se casó con Manuel Asencio Padilla.

Al producirse la revolución de Chuquisaca el 25 de mayo de 1809 Juana y su marido se sumaron al movimiento revolucionario. El matrimonio se enroló en las milicias que se preparaban para defender a la junta revolucionario. En tiempos de la independencia, no era inusual encontrar mujeres realizando tareas ligadas a la guerra.

El fracaso de la asonada no disminuyó el fervor de Azurduy. Luego de producirse la revolución en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810 llegó al Alto Perú un ejército comandado por el general Antonio González Balcarce. Los Azurduy apoyaron al nuevo gobierno patriota y reclutaron a cientos de lugareños para defender la selva que rodea a Chuquisaca del avance realista.

Las crónicas de la época relatan el terrible sacrificio que hizo Juana Azurduy por la independencia. Por causa de la guerra, vio morir a sus cuatro hijos. Aun estando embarazada, siguió participando de la lucha sin mostrar señales de temor por su integridad física.

El 20 de junio de 1811 las tropas patriotas, ahora bajo el mando del general Manuel Belgrano, fueron derrotadas en la batalla de Huaqui. El Alto Perú volvió a caer en poder de los realistas al mando del implacable general José Goyeneche.

Juan Azurduy y su marido retrocedieron junto a Belgrano y soportaron junto al resto de los patriotas las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma en 1813.

Los Azurduy, convertidos en jefes de la milicia de Chuquisaca, se dedicaron a la guerra de guerrillas. Atacaron a los españoles por sorpresa y cortaron sus rutas de suministro. Tanto podían atacar en la selva como en las calles. El 8 de marzo de 1816 Juana organizó un ataque contra el cerro de Potosí y logró tomar, con sus propias manos, el estandarte del regimiento realista enemigo.

Tal era la fama que logró Juana Azurduy que el gobierno de Buenos Aires le dio el rango de Teniente Coronel tras el combate del Villar en Noviembre de 1816. Pero Juana no tuvo tiempo de festejar. El 14 de noviembre fue herida durante el combate de La Laguna. Su marido acudió a ayudarla y fue asesinado por un soldado español.

El gobierno de Buenos Aires decidió atacar a los realistas por Chile y la guerra en la frontera norte se tornó defensiva. La guerrera se sumó a las fuerzas del salteño Martín Miguel de Güemes. Sin embargo, el nacimiento de su quinto hijo la obligó a dejar la lucha. Para cuando volvió a estar lista para la batalla los realistas se batían en retirada en todos los frentes.

Pasó sus últimos años sumida en la pobreza y el olvido. Sus propiedades en Bolivia, confiscadas por los realistas, fueron entregadas a nuevos dueños y Juana pasó años intentando recuperarlas. Murió, curiosamente, un 25 de mayo de 1862, mientras a su alrededor se celebraba la independencia que ella había ayudado a construir.

Hoy la recordamos, como un gesto de justicia histórica, intentando reparar tanto olvido.
 —

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails