Gaucho Yaquet.
Pensemos si es posible avanzar hacia una Nueva Constitución.
Contexto Regional
En la última década países hermanos de América Latina han avanzado en la conformación de nuevas constituciones. Como es el caso de la República Bolivariana de Venezuela, República del Ecuador y el Estado Plurinacional de Bolivia.
Se ha avanzado porque los procesos de los estados-pueblos hacen que vayan cambiando un orden social. Para luego construir nuevas leyes que enmarquen los cambios logrados en beneficio de los pueblos. Por ejemplo en Bolivia la nueva constitución expresa a los nuevos sectores sociales, consolida el protagonismo de los 36 pueblos originarios, limita la concentración de la tierra y la pone en función de lo social; y así pasa en Venezuela, en Ecuador y en menor medida en Brasil.
La región habilita a pensar y a actuar para avanzar hacia una nueva constitución.
Contexto histórico.
Nuestra historia también.
Argentina ha tenido experiencia propia: la constitución de 1949.
¿Cómo se logro llevar adelante la Constitución del `49?
Se dio en un momento adecuado. Todos sabemos que el Gral. Perón, con anterioridad al 17 de octubre de 1945, empezó a desarrollar una agresiva política de distribución de la riqueza en beneficio del movimiento obrero. Y una vez que logró la presidencia, puso al estado al servicio del movimiento obrero y del pueblo todo. Empezamos a tener un estado interventor, diseñador y planificador, que se fue apropiando de la renta agraria. Esto permitió una acumulación de fuerzas sociales para luego avanzar hacia la gran ley que fue la constitución del `49. La cual es una de las más avanzadas existentes, en el territorio de la América del sur. Como son los artículos 38, 39 y 40 del Capítulo IV “La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica”
Contexto actual
Nuestra historia y la situación regional nos permiten pensar que podemos avanzar.
Desarrollemos otro ejemplo a la inversa. No hace falta detallar lo que nos paso como nación-pueblo en las décadas del `80 y `90. Sintéticamente: el bloque liberal cambio nuestra matriz productiva y económica, disciplino al movimiento obrero, y al pueblo mediante la tortura, la desaparición y la muerte, aniquiló a la fuerzas revolucionarias (1974-1983); y al mismo tiempo iba a avanzando en cambios de normativos, de leyes; por ejemplo la ley de bancos se armo en beneficio del capital financiero, se avanzaba con las privatizaciones, y se corono esa acumulación en la constituyente de 1994.
La lucha de clases existe, por eso siempre están en disputa dos bloques. Cada uno acumula en un sentido, y su primacía la traduce en leyes o en reformas constitucionales para seguir hegemonizando.
La presidencia iniciada el 25 de Mayo del 2003, por Néstor Kirchner y hoy con continuidad en CFK, quiebra en variados aspectos la etapa liberal, recuperó la construcción de un nuevo orden social, económico y político; por lo tanto implica también la necesidad de avanzar hacia una nueva constitución. Las necesidades y posibilidades para avanzar en una reforma constitucional están dadas. Si no somos capaces como estado-pueblo de coronar los avances logrados en ley y de ir por más pariendo un nuevo estado y una nueva constitución el retroceso será inevitable.
¿Cómo avanzamos?
A decir verdad, a muchos compatriotas nos gustaría una Jefa de Estado que nos señale el horizonte, que nos anticipe hacia donde debemos ir; pero esto no es así. Parte de la constante impronta Kirchnerista es sorprendernos, para bien y otras tantas para mal. Tal vez, de todos modos, este no sea el punto nodal.
En el tablero Kirchenrista hay fuerzas retardadas, conservadoras y fuerzas que proclaman avanzadas. Fuera del tablero K, las fuerzas opositoras antikircheristas son todas retardadas, de derecha a izquierda. Y aquellas fuerzas populares, revolucionarias, algunas de izquierda independiente que no hacen antikirchnerismo, son fuerzas de avance.
La preocupación de tener como bandera e impulsar con la convicción necesaria una Nueva Constitución, la deben tener aquellas fuerzas de avanzada dentro y fuera del Kirchnerismo. Con la voluntad de provocar, de cara a la sociedad un debate político, en torno a un nuevo estado, una nueva constitución, un nuevo proyecto de país.
Hoy, de lo contrario, son los sectores del Pejotainstitucionalkirchneristaretardados los que se juntan para proclamar una reforma, haciendo eje en la reelección de CFK (también es una forma de encubrir sus propias reelecciones).
Por lo tanto, son las fuerzas verdaderamente nacionales, populares, revolucionarias y de la nueva izquierda las que debemos avanzar pechando el proceso político, y convertir así los logros y lo que falta en ley del pueblo.
Así como se insinuó la efímera aparición del Movimiento por una Nueva Constitución Emancipadora y un Nuevo Estado (19/07/2012) con presentación y declaración pública incluida; debemos constituir un espacio político que tenga la vocación histórica de llevar adelante el debate y la acción de proclamar la necesidad de avanzar por una nueva constitución, donde la reelección sea un punto más, entendiendo que los pueblos tenemos el derecho de reelegir a quien creamos que representa nuestros intereses.
Mayo 2013
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