Libro Ciudad Basura
De
Gerardo Codina. Ediciones Nuevos Tiempos. Buenos Aires. 2013.
Dice el
autor: “En pocos días más saldrá mi libro
Ciudad Basura. En él trazo un panorama, espero que ágil e ilustrativo, de los
problemas que afronta en el corto plazo la Ciudad de Buenos Aires con la
gestión integral de sus residuos.”
El libro será presentado por
el Dr. David Iud, miembro del espacio Carta Abierta, abogado,
docente universitario y especialista en el tema; el Lic. Eduardo Epszteyn,
legislador de la ciudad mandato cumplido y actual Auditor General de la
Ciudad. La presentación tendrá al cierre las palabras del Ministro de Trabajo
de la Nación, Dr. Carlos Tomada.
La
presentación del libro será el 18 de abril en la sala Juan L. Ortiz, de la
Biblioteca Nacional, Agüero 2502, a las 19 horas.
El problema actual que aborda
el texto
La solución de enterrar la basura en los llamados "rellenos
sanitarios", cuestionada duramente por los ambientalistas y que
pergeñó la última dictadura militar, agota su capacidad física de receptar
residuos. El único relleno habilitado, de José León Suárez, recibe hoy unas
14.000 toneladas diarias, 6000 de la ciudad. Pero en abril se completaría. Esto
motivó el enojo público de Scioli con Macri en noviembre del año pasado y el acuerdo
que firmaron a las apuradas el 4 de diciembre. En él la ciudad se comprometía a
reducir un 29% la cantidad de basura remitida al relleno al 1º de marzo.
Tampoco se cumplió esa meta.
Tanto el macrismo como la conducción moyanista del sindicato del CEAMSE,
quieren que Nación acepte extender los rellenos sobre Campo de Mayo. Esa salida
–más de lo mismo-- fue rechazada por Cristina Fernández. Además, los otros
vecinos de la zona (Don Torcuato y San Miguel) no quieren saber nada con que se
les vaya encima el relleno.
La mala gestión de la CEAMSE estos años hizo que varios de esos
"rellenos" se convirtieran en trampas mortales para las barriadas
próximas. El primero, que fue gestionado por Techint, estaba en Villa Domínico.
Los vecinos se movilizaron para que lo cierren en 2003, luego que se dieran
cuenta que sus hijos padecían una epidemia de leucemia causada por los gases
emanados del enterramiento. Así las cosas, ahora nadie quiere un vertedero en
sus cercanía y la ciudad se verá obligada a tratar su basura dentro de su
territorio.
Si Macri hubiera cumplido con la Ley de Basura Cero, reglamentada en 2007, hoy estaríamos frente a una situación manejable. Pero en vez de reducir en cinco años a la mitad la cantidad de basura que se entierra, se la aumentó un cincuenta por ciento. En 2006 fueron 1.400.000 toneladas. En 2012 tendrían que haber sido 700 mil. Fueron 2.100.000. ¡Tres veces más!
Los porteños estamos poco informados de todo esto, pero igual padecemos ya sus consecuencias. Una ciudad cada vez más sucia, que huele mal, con sumideros tapados y sin reglas claras acerca de qué hacer con la basura, tiene que cambiar en poco tiempo todo su sistema de gestión de residuos, preservando la calidad del ambiente.
Si Macri hubiera cumplido con la Ley de Basura Cero, reglamentada en 2007, hoy estaríamos frente a una situación manejable. Pero en vez de reducir en cinco años a la mitad la cantidad de basura que se entierra, se la aumentó un cincuenta por ciento. En 2006 fueron 1.400.000 toneladas. En 2012 tendrían que haber sido 700 mil. Fueron 2.100.000. ¡Tres veces más!
Los porteños estamos poco informados de todo esto, pero igual padecemos ya sus consecuencias. Una ciudad cada vez más sucia, que huele mal, con sumideros tapados y sin reglas claras acerca de qué hacer con la basura, tiene que cambiar en poco tiempo todo su sistema de gestión de residuos, preservando la calidad del ambiente.
Las alternativas posibles
En La Plata están trabajando en una opción sin enterramiento. Así se hace en muchos países del mundo, por caso los europeos. Separadas las diferentes fracciones de la basura, tienen destinos distintos, pero útiles para la sociedad y el ambiente. Plásticos, papel, metales, telas, vidrio y madera, se pueden reciclar. Los desechos orgánicos se pueden compostar para generar gases combustibles y suelo para cultivos. Los restos de la construcción pueden reutilizarse como insumos de la misma actividad o como rellenos inertes, que no dañan ni suelos ni aguas subterráneas. El resto, lo que no se puede valorizar de este modo, puede utilizarse como combustible para la generación de electricidad. De hecho, Suecia fue noticia el año pasado por importar basura de Noruega, porque no tenía suficiente propia para alimentar sus centrales eléctricas.
Declaraciones
“Reutilizar la basura significa un
cambio cultural, además de nuevas políticas públicas. En la comunidad quienes
pueden liderar ese cambio, que debe involucrar a las familias, la escuela y las
empresas, son quienes más saben de basura entre nosotros, los cartoneros. Ellos
deben ser el eje de una nueva política. Pero no para seguir revolviendo basura,
sino para enseñarnos a todos cómo se deben separar los residuos, de modo que se
los pueda reutilizar. Tiene que ser nuestros “promotores ambientales”. Hay
experiencias ya realizadas aquí, entre nosotros”, dice el autor.
Prosigue señalando que: “Hoy las
prioridades están al revés. La ciudad gasta 18 veces más en enterrar basura,
que en reciclarla. El presupuesto para “higiene urbana” es el tercer gasto en importancia, después de
educación y salud. Pero casi todo es dinero que tiramos a la basura, realmente.
Dinero que podría servir para recuperar recursos naturales escasos, muchos de
los cuales no son renovables.”
“El desafío es hacerlo en la
ciudad, porque ningún municipio bonaerense quiere ser el basurero de los
porteños. Se necesitan cuatro predios de unas 5 hectáreas cada uno, donde
disponer las plantas de tratamiento que reutilicen nuestra basura. Amsterdan lo
hace. Nosotros tendremos que hacerlo”, culmina.
Gerardo Codina 15- 4448-8402
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