FORMAR UNA NUEVA CLASE POLÍTICA AL SERVICIO DE LOS QUE MENOS TIENEN
Solemos decir que la política sólo sirve cuando está al servicio de los que menos tienen y más necesitan: para encarar el conflicto social. También sabemos que para profundizar el proceso de transformación hoy en curso en la Argentina se requiere de un creciente número de cuadros políticos. No obstante no es posible encarar los desafíos que se aproximan con los valores de la política tradicional. Tampoco podrán enfrentarlos funcionarios que adquirieron sus conocimientos y se formaron en el confort de sus despachos.
Por el contrario: los saberes necesarios para la etapa actual y las que siguen sólo pueden adquirirse en a partir del contacto estrecho con la vida cotidiana y las necesidades de los más humildes de nuestra sociedad. En esa lucha codo a codo con los marginados del relato hegemónico es cómo se adquieren y se vuelven convicciones los valores de la solidaridad y la justicia social.
Ésta es una idea central para encarar la formación de los militantes y de los dirigentes que necesitamos. No por casualidad sino por convicción estamos caminando en dicha dirección.
En estas semanas nuestros jóvenes destinaron días enteros de sus vidas y trabajaron empeñosamente junto a los más carenciados para adquirir a cambio fuertes experiencias de militancia y de formación. Sólo como menciones parciales dentro de una enumeración incompleta podemos mencionar las tareas solidarias realizadas últimamente en el Bo. Nuevo Alberdi de Rosario o de la Cárcova, en el Partido de San Martín de la Provincia de Buenos Aires, intervenciones realizadas con el fin de subsanar ausencias y carencias.
Pero, como una experiencia sólo se consolida y puede echar luz sobre los pasos que siguen cuando es pensada y convertida en un conjunto articulado de ideas, también cientos de jóvenes se están reuniendo para participar de actividades de formación. Bajo la consigna de “Néstor vive en lo que falta” adquieren conocimientos y conceptos que les sirven para reflexionar sobre las prácticas desarrolladas y proyectarlas a nuevos niveles.
Los pueblos originarios elaboraban sus piezas de cerámica con arcilla rica en materias orgánicas. Luego las cocían con el fuego de la leña de especies propias de cada lugar. De manera similar los jóvenes están transitando su camino tras el logro de una Argentina soberana, independiente y justa, capaz de funcionar como un hogar para todos y cada uno de sus habitantes. Es un orgullo para todos nosotros.
Solemos decir que la política sólo sirve cuando está al servicio de los que menos tienen y más necesitan: para encarar el conflicto social. También sabemos que para profundizar el proceso de transformación hoy en curso en la Argentina se requiere de un creciente número de cuadros políticos. No obstante no es posible encarar los desafíos que se aproximan con los valores de la política tradicional. Tampoco podrán enfrentarlos funcionarios que adquirieron sus conocimientos y se formaron en el confort de sus despachos.
Por el contrario: los saberes necesarios para la etapa actual y las que siguen sólo pueden adquirirse en a partir del contacto estrecho con la vida cotidiana y las necesidades de los más humildes de nuestra sociedad. En esa lucha codo a codo con los marginados del relato hegemónico es cómo se adquieren y se vuelven convicciones los valores de la solidaridad y la justicia social.
Ésta es una idea central para encarar la formación de los militantes y de los dirigentes que necesitamos. No por casualidad sino por convicción estamos caminando en dicha dirección.
En estas semanas nuestros jóvenes destinaron días enteros de sus vidas y trabajaron empeñosamente junto a los más carenciados para adquirir a cambio fuertes experiencias de militancia y de formación. Sólo como menciones parciales dentro de una enumeración incompleta podemos mencionar las tareas solidarias realizadas últimamente en el Bo. Nuevo Alberdi de Rosario o de la Cárcova, en el Partido de San Martín de la Provincia de Buenos Aires, intervenciones realizadas con el fin de subsanar ausencias y carencias.
Pero, como una experiencia sólo se consolida y puede echar luz sobre los pasos que siguen cuando es pensada y convertida en un conjunto articulado de ideas, también cientos de jóvenes se están reuniendo para participar de actividades de formación. Bajo la consigna de “Néstor vive en lo que falta” adquieren conocimientos y conceptos que les sirven para reflexionar sobre las prácticas desarrolladas y proyectarlas a nuevos niveles.
Los pueblos originarios elaboraban sus piezas de cerámica con arcilla rica en materias orgánicas. Luego las cocían con el fuego de la leña de especies propias de cada lugar. De manera similar los jóvenes están transitando su camino tras el logro de una Argentina soberana, independiente y justa, capaz de funcionar como un hogar para todos y cada uno de sus habitantes. Es un orgullo para todos nosotros.
FABIO GONZÁLEZ
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