Los buenos días que vienen para la Argentina son los que se están construyendo en esta gira presidencial que empezó en Emiratos Árabes Unidos, siguió por Indonesia y ahora culmina en Vietnam.
Nuestro título de hoy nombra un poema de Ho Chi Minh, el padre de la República Socialista de Vietnam, el conductor, el líder y el poeta mayor de ese pueblo heroico.
“Después de la pena llega la alegría”, escribió en prisión.
No en vano Ho Chi Minh significa “El que ilumina”.
El siglo XXI cosechará de aquí en más la siembra de Cristina y su comitiva de trabajo por aquellos remotos lugares de la tierra.
Acordate lo que te digo.
Tuvieron que pasar 50 años de la revolución encabezada por Mao Tse Tung para que el gigante chino se decidiera caminar junto a los países del mundo que también se despertaban de la larga noche neoliberal.
Fue cuando miró a sus vecinos y los invitó a cruzar los mares y los cielos.
De su mano, todo el sudeste asiático empezó a transitar por América Latina desde hace ya diez años.
Y hacia allá fueron Néstor y Cristina.
Lo importante no es que el mundo esté cambiando; lo importante es ser parte del espacio de naciones que están cambiando el mundo.
Que la Argentina haya firmado acuerdos con el grupo inversor más poderoso del planeta en los Emiratos Árabes; que firme convenios de cooperación e intercambio económico y comercial en Yakarta para vender alimentos, productos elaborados y turismo al 4° país más poblado del mundo con sus 240 millones de habitantes y que se disponga a hacer lo mismo en Vietnam, señala el lugar dónde estamos ubicados como nación soberana.
Se ha corrido el eje de rotación de la tierra a su justo lugar. Y la Argentina está allí donde nace el sol.
Para decirlo en criollo y que se entienda.
Por que en tiempos del neoliberalismo supo haber gobernantes que estaban con los ganadores, pero haciendo de felpudos para que esos países del Consenso de Washington aplasten la soberanía de los pueblos.
Esta conectividad mundial se sustenta, claro está, en el propio crecimiento.
Los 6.900 Km. de nuevas vías férreas que se renovarán en los próximos años y que estemos liderando mundialmente la producción y exportación de alimentos en 8 productos, son dos ejemplos de esta nueva Argentina.
De lado de la ficción, no hay nada nuevo: Clarín sigue mintiendo y la oposición sigue apostando al país de las sombras.
Escribió el poeta que le dio nombre a la ciudad que recibe a nuestra Presidenta:
“A los antiguos les gustaba cantarle a la belleza natural:
Nieve y flores, luna y viento, niebla, montañas y ríos.
Hoy debemos hacer poemas que incluyan hierro y acero.
Y el poeta también debería saber conducir un ataque”.
El Argentino, viernes 18 de enero de 2013
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