Detrás de un supuesto momento de humor, este señor que habla livianamente de “chorros, delincuentes, le dice abiertamente “vieja chota hija de puta” a la Presidenta de la Nación, plantea que las mujeres ascienden social o políticamente “chupando p…” y que eso está bien “mientras sea por derecha (sic)” demuestra una faceta despreciable en cualquier persona con el agravante que en este caso pretende asumir un rol dirigencial en la vida política nacional lo que lo convierte en peligroso.
En otro fragmento no menos alarmante, este cómico decadente al cual la fórmula de la grosería lo ha hecho popular, confiesa haber consumido prostitución y naturalizar el hecho.
La categorización de enemigo al adversario político, la violencia misógina, la agresividad manifiesta debería constituir un re planteo sobre lo que pretendemos de los dirigentes políticos tengan la ideología que tengan.
Este señor despreciable es el paradigma de la banalización de la política que pretenden instalar las corporaciones y la derecha latinoamericana.
Ya tuvimos un farandulero disfrazado de popular, con discurso pretendidamente peronista y un gabinete impuesto por el FMI que nos llevó directamente a la crisis más profunda que padeció nuestra Patria.
En este caso, ni siquiera puede levantar una bandera de trayectoria política para acusarlo de traidor a la causa, nunca traicionará principios ni causas porque no las tiene, simplemente es un exponente de la indolencia y la ineptitud que sigue acumulando Macri en su carrera a la Rosada… Tal vez si los números en las urnas le den, esta se convierta en un gran cabaret amarillo.
Daniela Bambill, secretaria general de Causa Peronista de la Provincia de Buenos Aires.
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