Hace 66 años, los olvidados de siempre, los grasitas, los obreros, los descamisados, rescataron a Perón de la cárcel y en ese instante, su propia dignidad. El Pueblo irrumpió en el devenir de la Historia Argentina. El Pueblo metió “las patas en la fuente”.
A partir de ese momento ningún habitante de nuestro suelo tuvo que bajar la cabeza para hablar con un capataz. Y por primera vez pudo mirar a los ojos de los patrones sin complejos de pobreza, conscientes de sus derechos en una sociedad en busca de igualdad, soberanía e independencia. “Si eso no es cultura, ¿la cultura dónde está?”
El odio de clase de la sociedad conservadora, la calificación -casi dos años después- del dirigente radical Ernesto Sanmartino como “aluvión zoológico” al pueblo peronista, el “Viva el cáncer” pintado en las paredes festejando la enfermedad de Evita y la complicidad civil con los militares y las jerarquías eclesiásticas, derivaron en el más grande acto terrorista de nuestra historia con el bombardeo y la muerte de más de 300 civiles en Plaza de Mayo.
Es en ese mismo escenario, en esa misma plaza con tradición de luces y de sombras, la que vibró con esperanza la aparición de ese “loco pingüino” del sur, la que celebró el contundente triunfo de Cristina, la que aguantó cuando Magnetto y compañía organizaron y lideraron el intento destituyente de la 125 y las corporaciones patronales agrarias asociadas a los peores políticos afilaban sus garras para dar el zarpazo antipopular. Esa Plaza regada por un mar incontenible de lágrimas que fue a agradecer a Néstor y darle fuerzas a Cristina, aquel aciago 27 de octubre de 2010.
El 17 de octubre, “los de siempre” y todos aquellos que sintieron que a partir de 2003 recuperábamos la alegría, la fe, la pasión, la militancia, nuestro destino latinoamericano, que empezábamos a saciar nuestra sed de justicia, que en definitiva podíamos decir ¡¡¡TENEMOS PATRIA!!!, llegando desde múltiples experiencias políticas, vamos a METER LAS PATAS EN LA FUENTE. Lo haremos como compromiso con nuestro país, como reafirmación de nuestra apasionada militancia por el Movimiento Nacional y Popular que encabeza Cristina Fernández de Kirchner, como testimonio de reconocimiento y gratitud a Néstor y a todos -o casi todos- los que los acompañaron en estos años de transformaciones profundas que tal vez no esperábamos ver.
Es una convocatoria amplia, horizontal, iniciada a través de las redes sociales, aceptada por peronistas y por aquellos que no lo son, pero se sienten parte de esos “locos” que vamos por más y que nos comprometemos al “nunca menos”. Es un encuentro de la alegría, el compañerismo, de unidad, de esperanzada vigilia para ese verdadero aluvión popular de votos que el 23 de octubre confirmarán, que teníamos razón.
Por eso, el 17 de octubre, desde las 18:30 meteremos nuestras patas en la fuente de Plaza de Mayo.
Enrique Masllorens ///
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