Posted: 22 Dec 2010 11:42 AM PST
Por Alberto Auqaj Lapolla*Una ofensa a los pueblos indoamericanos
Maurizio Macri, hijo de italianos mafiosos, enriquecidos gracias a la ayuda de la Logia fascista Propaganda Due (P2), regenteada por Licio Gelli, durante la última parte del gobierno peronista y en especial durante la dictadura genocida. Logia cuyo aporte de capital, transformó al grupo Macri de simples contratistas de la construcción en un grupo empresario de primer nivel, con empresas como Manliba, Sevel, Movicom, etc., ha tenido la desfachatez de insultar al pueblo argentino e indoamericano con un ataque xenófobo contra nuestros hermanos. Justo él, prácticamente un extranjero en suelo argentino, pues Macri es escasamente argentino, ya que apenas acrisola una generación de nacidos aquí –la suya. Macri posee también una rara virtud, pese a decir que es ingeniero –título que compartimos- sus discursos trasuntan un alto grado de ignorancia, desconocimiento, brutalidad y estupidez, aunque siempre fascistas. Por su poco ser argentino seguramente desconoce que bolivianos, peruanos, paraguayos, chilenos y uruguayos son nuestros hermanos mellizos, y fueron parte nuestra como nosotros somos parte de ellos, mucho antes de que los Macri se les ocurriera abandonar las pobres y siniestras tierras de la Calabria y su ndrangheta.
Macri seguramente desconoce que Cornelio Saavedra, nuestro primer jefe político independiente, era boliviano, de Potosí para más datos. Que Doña Juana Azurduy recientemente ascendida a Generala de nuestro ejército era boliviana, de Chuquisaca. Como lo era su esposo el héroe Manuel Ascencio Padilla. Macri por bruto e ignorante, debe desconocer seguramente que el Ejército Liberador de Castelli fue a redimir lo que hoy es Bolivia, que pensaba llegar hasta el Perú y que sus tropas estaban formadas por porteños, cordobeses, tucumanos, salteños, jujeños y bolivianos. Macri –ni que hablar de su ladero el gangster Ritondo- debe desconocer que las tropas con las que Belgrano guerreó y defendió la frontera Norte desde 1812 hasta 1819 estaban constituidas mayoritariamente por bolivianos. Macri, seguramente desconoce que fue el heroico pueblo boliviano, el que luchó denodadamente, al costo de 300.000 muertos, contra el imperio genocida español durante 1809 hasta 1825 (batalla de Tumusla) conteniendo decenas de invasiones españolas que venían a destruir a la cabeza de la Revolución en Buenos Aires. Esa guerra heroica llamada Guerra Montonera o India del Alto Perú, se estudia en todas las academias militares del mundo –menos la nuestra por supuesto, pues el racismo no es patrimonio sólo del bruto Maurizio- como base para un claro desarrollo de la guerra de guerrillas o de recursos o de Zapa como la llamaba el General San Martín, que fue quien ayudó a armarla, poniendo al frente de su organización clandestina al mayor de sus jefes y uno de los más grandes héroes americanos: el general Juan Antonio Álvarez de Arenales. ¿Sabrá la bestia de Macri que las tropas con las que Güemes paró nueve invasiones españolas eran mayoritariamente salteños, jujeños, bolivianos y peruanos, indios para más datos? ¿Sabrá el ignorante Maurizio que sin esa guerra del Alto Perú comandada por ciento diez jefes guerrilleros indios, criollos, mestizos, negros y mulatos, pero con tropas mayoritariamente indias, San Martín no habría podido crear el Ejército de los Andes en la tranquilidad de los tres años que tuvo en Mendoza, mientras los muertos para nuestra libertad los ponían Bolivia y el Norte argentino? Claro, Macri no puede saberlo pues casi es italiano –con todo el respeto por la inmigración italiana de la cual provengo- y por su supina ignorancia, poco frecuente en un dirigente político argentino. Pero con sus dichos, el bruto Maurizio deja claro que para él un inmigrante italiano es superior a un inmigrante indoamericano. Craso error. Fueron los Aymaras, los Queshwas, los Kollas, los Guaraníes, los Huarpes, los Comechingones, los Mapuche, los Pilagá, los Wichís, quienes enseñaron a nuestros bisabuelos a sobrevivir en estas pampas (palabra queshwa) o en los chacos (palabra queshwa), tan distintos al Piamonte, la Lombardía , Nápoles, al Campagna o la Calabria mafiosa. ¿Sabrá el Ingeniero Macri, tan poco culto él, que el Parlamento Aymara posee 10.000 años de existencia, que los Incas fueron los mayores agricultores e ingenieros hidráulicos de la historia de la humanidad? No nos parece. ¿Sabrá la bestia macrista, que en el Ejército Libertador de ambos libertadores, San Martín y Bolívar peleaban codo con codo argentinos, peruanos, orientales, bolivianos, chilenos, paraguayos, colombianos, ecuatorianos, venezolanos? Todo eso, mientras la Italia de su padre y sus abuelos ni siquiera podía constituirse como nación y los habitantes de regiones tan cercanas como Nápoles y Piamonte se odiaban y despreciaban como enemigos irreconciliables. ¿Sabrá la bestia de Macri que en la batalla de Ayacucho, que liquidara el poder español en América en diciembre de 1824, pelearon codo a codo argentinos, chilenos, peruanos, bolivianos, colombianos, venezolanos, ecuatorianos, orientales y paraguayos? Parece que no, que no, lo sabe.
Nuestra cultura americana solidaria superior a la eurocéntrica racista
¿Sabrá don Mauricio, ese hombre tan culto, tan democrático, tan afecto a la verdad y tan alejado de la sicopatía, que la Academia de Ciencias de la ex URSS consideraba a Tiwawanaku la cultura urbana mas antigua de la humanidad, con una antigüedad superior a los 10.000 años? Claro, porqué debería saberlo este fascista devenido en neoliberal, categorías que al final son lo mismo.
¿Sabrá la bestia de Macri que el maíz y la papa, dos de los cultivos principales de la humanidad fueron creados por mexicanos, peruanos y bolivianos en lo que la ciencia moderna considera el mayor invento biológico de la humanidad? Seguramente no.
¿Sabrá don Mauricio que el Inkario, de donde provienen nuestros hermanos bolivianos, peruanos y nosotros mismos, fue el único sistema socio-económico hasta hoy conocido en la historia de la humanidad donde no existía el hambre, pues se basaba en una economía comunista y solidaria? ¿Sabrá esta bestia, que el Inkario poseía sólo en Perú un millón de hectáreas bajo regadío en terrazas, que alimentaban a diez millones de personas, y que si hoy se pusieran en funcionamiento –funcionan doscientas mil de ellas- alimentarían a todo el Perú, sin necesidad de híbridos, ni transgénicos, ni pesticidas, ni nada de lo que la agricultura occidental utiliza? Cómo va a saberlo. ¿Sabrá don Mauricio que la verdura que comemos los porteños y gran parte del conurbano bonaerense es producida por la comunidad boliviana que por sus saberes agrícolas ancestrales produce mucho mejor y con menores insumos, que nuestros compatriotas que se han volcado a la cancerígena soja transgénica? ¿Sabrá don Maurizio –claro que sí pues los súperexplota en sus empresas del grupo SOCMA y Calcaterra- que hoy el grueso de los empleados de la construcción son nuestros hermanos paraguayos y que trabajan tan bien como los argentinos o los bolivianos? ¿Sabrá este ignorante supino, que en 1860 el Paraguay era el país más desarrollado de la América española y portuguesa, con ferrocarriles y acerías propias, sin latifundio y con una población superior a la argentina bien alimentada y educada? ¿Sabrá el ignorante ingeniero que hoy nuestros compatriotas son expulsados de España, Italia y otros países europeos por sudacas, pese a que los abuelos de los actuales gobernantes de esos países vinieron a saciar su hambre a nuestras tierras, que los recibió con los brazos abiertos, dándole a ellos lo que se les negaba y robaba a nuestros hermanos originarios? ¿Sabrá el hirsuto ingeniero que desde hace décadas el porcentaje de inmigrantes –de cualquier origen- en nuestro país orilla sólo entre el 2.5 y el 3% de la población? Por supuesto que nosotros argentinos, en tanto indoamericanos –no latinoamericanos- preferimos mil veces a inmigrantes de Nuestra América y no de la atroz y egoísta Europa, que vuelve hoy a mostrar su esencia repugnante. Nuestros paisanos americanos tienen derecho a vivir en nuestra tierra, que fue propia en el pasado, y que por otra parte los necesita, ya que en 300 millones de hectáreas apenas vivimos 40 millones de habitantes.
Siempre hay lugar para Hitler
Seguramente por ignorar todo esto, Macri basándose en las encuestas que le acercara su gurú ecuatoriano Durán Barba (de gran acierto para las fuerzas de derecha en el Ecuador tal cual puede observarse) respecto de que la xenofobia y el odio a los hermanos bolivianos, peruanos y paraguayos, podía darle los votos que estaba perdiendo raudamente, debido a su pésima acción de gobierno, se lanzó al odio xenofobo y discriminatorio. Llamar pésimo a su gobierno es casi un premio. Macri no ha gobernado la Ciudad, es el peor Jefe de Gobierno de su historia, incluyendo a Cacciatore y Grosso (otro empleado del grupo Macri) lo cual es mucho decir. Macri busca como Berlusconi y Sarkozy desatar los peores sentimientos de una sociedad que aun no ha podido cerrar del todo las heridas de la indigencia y la exclusión que nos dejaran los años de neoliberalismo, para ocultar su inmensa inutilidad como gobernante. Notablemente entre los punteros, barrabravas, patoteros sindicales y matones macristas que los canales de la red mediática del poder, sacan al aire a diario, resulta evidente por su color de piel y de pelo, que muchos de ellos no habitan nuestra tierra desde hace mucho tiempo. Allí recala la idea siniestra de que hay una inmigración buena y otra mala. Es decir los europeos son inmigrantes y los indoamericanos –especialmente los de bello color cobrizo como los bolivianos y peruanos- son delincuentes, narcos o ladrones. Entre paréntesis, ¿cuántos juicios y procesamientos acumula ya el supino Ingeniero? Casualmente bolivianos, peruanos y nuestros hermanos del NOA, educados en la mayor cultura que produjo la historia americana hasta hoy, como fuera la del Inkario, basada en principios éticos altos y solidarios, como se expresa su ancestral juramento: Ama sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama Kella (no seas perezoso), poseen una cultura propia basada en el trabajo, la solidaridad colectiva y un muy fuerte amor por sus hijos, superior a la de muchos inmigrantes que vinieron a ‘hacer la América’, no trepidando en cometer todo tipo de delitos y de explotaciones sobre nuestro pueblo, incluido la matanza de nuestros hermanos originarios. Sino, ¿quiénes eran los que masacraban a los Chiriguanos, Wichis, Pilagás, Tobas, Guaraníes y demás pueblos en los obrajes de Misiones, Chaco, Formosa y Norte de Sante Fe, que tan bien relataran Alfredo Varela y Hugo del Carril en ‘las Aguas Bajan Turbias’? O ¿quiénes eran los que pagaban ‘un patacón para de orejas de indio’ y luego ‘un patacón por par de bolas de indio’ para terminar de exterminar la nación Mapuche? ¿Eran americanos -si se exceptúan algunos asesinos yanquis llegados por el Pacífico, pero claro esos no son americanos- o infames inmigrantes europeos que vinieron a terminar de masacrar a nuestros hermanos originarios, robándoles sus tierras y explotándolos hasta el extermino. ¿Sabrá esto el Ingeniero Macri en su inmenso saber elito-fascista?
Derrotar a Macri y su proyecto fascista
Es probable que este tema sea central en la campaña de la Ciudad, pues hay un sector de nuestra sociedad, que es asolada por un racismo visceral que le viene de la cultura española, de la italiana, del catolicismo en general y de la mirada eurocéntrica, que considera inferior a todo lo que no sea europeo. Es posible que esa sea una de las principales batallas que debamos dar para acabar con este gobierno de vergüenza en la Ciudad. Pero Macri juega con fuego. Es posible que así se asegure un 38-40% de voto reaccionario-racista-fascista en la Ciudad, pero ese sería su piso y su techo, y si las fuerzas del campo popular saben organizarse y unirse estaremos en condiciones de aplastar a esta rata fascista, que no trepida en mentir, delinquir, robar, hacer negocios para él y sus amigos, destruir lo público, sicopatear y sobre todo destruir la Ciudad en beneficio propio. Para cerrar es bueno recordar que en este año don Maurizio sólo ha estado menos de cien días al frente de su trabajo como Jefe de Gobierno, el resto del año ha paseado por el mundo. Nuestra Presidenta, a quien se le acaba de morir el compañero de toda la vida, sólo descansó un fin de semana. Pero claro allí radica la diferencia entre quienes aman al pueblo y desean trabajar por él y para él, y quienes lo desprecian y creen que el pueblo es motivo de explotación, represión y burla. El pueblo de la Ciudad sabrá ajustar las cuentas con este arrogante e ignorante barrabrava de Barrio Parque. Y nuestros hermanos indoamericanos podrán disfrutar en paz y armonía de la bella Buenos Aires.
*Alberto Lapolla es Director del Instituto de formación Bernardo de Monteagudo de la CMP
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