Busca está nota y mas en www.envarelkadri.org.ar Celebramos la resolución del conflicto en Ecuador, con la presencia del pueblo en las calles, con el coraje del presidente Correa y sus funcionarios, y con un sector de las fuerzas armadas que respondió a las autoridades democráticas. A lo que se sumó, desde el punto de vista regional, el consistente, rápido y concreto apoyo de los países agrupados en el Unasur.
Creemos que de aquí sale muy fortalecido el proceso popular en todos nuestros países al sur del Río Bravo, ya que nuevamente se demuestra que con la combinación entre un pueblo movilizado y gobiernos populares se ha logrado abortar un nuevo intento de destituir líderes y procesos que se encaminan a la conformación de una Patria Grande Liberada.
Venezuela, Bolivia, y ahora Ecuador son un buen ejemplo de esa victoria popular ante las fuerzas de la reacción y el retroceso, que cuentan con la complicidad permanente de las oligarquías nativas y el imperialismo norteamericano.
Esta vez los golpistas mostraron alternativas y variantes para sus recursos destituyentes. Recurrieron a fuerzas de seguridad de segundo nivel (policía local), extremadamente corporativas y desvinculadas de la realidad, a las que fogonearon con supuestos reclamos sectoriales, difundidos por sectores civiles y militares desfavorecidos en las urnas, que buscan recuperar posiciones de cualquier manera y a cualquier costo.
También intentaron acallar los medios públicos de comunicación cuando algunos seguidores del "menem" ecuatoriano, el ex militar Lucio Gutiérrez, trataron de copar la sede de la televisora oficial ecuatoriana. Este aspirante a dictador también era reivindicado a voz en pecho por los policías sublevados antes mencionados.
Hace rato ya que estos sectores comprendieron acabadamente que el control de estos medios es un arma clave en la construcción de la conciencia colectiva de los pueblos, y es por eso que el presidente Correa ha presentado, como en otros países de la región, una propuesta de nueva ley de medios.
Nos queda pendiente, como cuenta negativa de los pueblos de la América criolla, indo-afro-latino americana, la recuperación de la democracia popular en Honduras, la de la participación integral en Colombia, y la defensa incondicional del gobierno del presidente Lugo en el Paraguay.
Pero ya vemos en el horizonte, tras la nueva confirmación de la revolución bolivariana con el presidente Chávez a la cabeza, el acceso al poder en Brasil de una compañera de origen revolucionario, Dilma Rouseff.
Lo que preanuncia una profundización del proceso popular en la Nación mas grande del continente.
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