"General de Hombres Libres".
*Bajo los techos de la Casa Rosada, una columna resguarda al General de Hombres Libres, Augusto Cesar Sandino. Daniel Ortega es presidente de Nicaragua, en representación del Frente Sandinista, una de las experiencias por la Justicia Social más fascinantes de Nuestra Historia latinoamericana.
Daniel obsequió este cuadro a la Argentina en ocasión del bicentenario. En éste hombre del pueblo, América Latina reconoce uno de los rasgos comunes a nuestros pueblos: El hombre sencillo que Resiste ante la opresión:
Lo que sigue está escirto en el libro Tupacamaria, intentando abracar el elevado pensamiento geopolítico de uno de nuestro mejores hombres:
"El 20 de marzo de 1929, Augusto Cesar Sandino elabora el Proyecto Original que el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua presenta a los representantes de los gobiernos de veintiún Estados Latinoamericanos. El mismo consta de cuarenta y cuatro artículos pensados con profundidad y realismo, para conformar una Alianza de Latinoamérica como paso previo a una Confederación.
Así expresa alguna de las causas, consecuencias, límites y objetivos de la indispensable unión que propone:
Lo que sigue está escirto en el libro Tupacamaria, intentando abracar el elevado pensamiento geopolítico de uno de nuestro mejores hombres:
"El 20 de marzo de 1929, Augusto Cesar Sandino elabora el Proyecto Original que el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua presenta a los representantes de los gobiernos de veintiún Estados Latinoamericanos. El mismo consta de cuarenta y cuatro artículos pensados con profundidad y realismo, para conformar una Alianza de Latinoamérica como paso previo a una Confederación.
Así expresa alguna de las causas, consecuencias, límites y objetivos de la indispensable unión que propone:
“Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo, y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la NACIONALIDAD LATINO-AMERICANA, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa independencia frente a las pretensiones del imperialismo de los Estados Unidos de Norte América, o frente al de cualquiera otra potencia a cuyos intereses se nos pretenda someter.(…)”
“Obrando bajo el influjo de estas consideraciones llegamos a comprender la necesidad absoluta de que el intenso drama vivido por las madres, esposas y huérfanos centroamericanos, despojados de sus seres más queridos en los campos de batalla de las Segovias por los soldados del imperialismo norteamericano, no fue estéril, tampoco defraudada, antes bien, se aprovechará para el afianzamiento de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, rechazando cuantos tratados, pactos o convenios se hayan celebrado con pretensiones de legalidad que lesionen, en una u otra parte, la soberanía absoluta tanto de Nicaragua como de los demás Estados Latinoamericanos. Para lograrlo, nada más lógico, nada más decisivo ni vital, que la fusión de los veintiún Estados de nuestra América en una sola y única nacionalidad latinoamericana, de modo de poder considerar dentro de ella, como consecuencia inmediata, los derechos sobre la ruta del Canal Interoceánico por territorio centroamericano y sobre el Golfo de Fonseca, en aguas también centroamericanas, así como aquellas otras zonas encerradas en la vasta extensión territorial que limitan el Río Bravo al Norte y el Estrecho de Magallanes al Sur, comprendidas las islas de estirpe latinoamericana, posibles de ser utilizadas, ya sea como puntos estratégicos, ya como vías de comunicación de interés común para la generalidad de los Estados Latinoamericanos (...)”"
“Obrando bajo el influjo de estas consideraciones llegamos a comprender la necesidad absoluta de que el intenso drama vivido por las madres, esposas y huérfanos centroamericanos, despojados de sus seres más queridos en los campos de batalla de las Segovias por los soldados del imperialismo norteamericano, no fue estéril, tampoco defraudada, antes bien, se aprovechará para el afianzamiento de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, rechazando cuantos tratados, pactos o convenios se hayan celebrado con pretensiones de legalidad que lesionen, en una u otra parte, la soberanía absoluta tanto de Nicaragua como de los demás Estados Latinoamericanos. Para lograrlo, nada más lógico, nada más decisivo ni vital, que la fusión de los veintiún Estados de nuestra América en una sola y única nacionalidad latinoamericana, de modo de poder considerar dentro de ella, como consecuencia inmediata, los derechos sobre la ruta del Canal Interoceánico por territorio centroamericano y sobre el Golfo de Fonseca, en aguas también centroamericanas, así como aquellas otras zonas encerradas en la vasta extensión territorial que limitan el Río Bravo al Norte y el Estrecho de Magallanes al Sur, comprendidas las islas de estirpe latinoamericana, posibles de ser utilizadas, ya sea como puntos estratégicos, ya como vías de comunicación de interés común para la generalidad de los Estados Latinoamericanos (...)”"
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