viernes, septiembre 17, 2010

EL BARCO VA..., POR JUAN CARLOS SCHMID/

SINDICATO DEL PERSONAL DE DRAGADO Y BALIZAMIENTO (SIPEDYB) - ARGENTINA
El barco va…
Por Juan Carlos Schmid, Secretario General del SIPEDYB, Secretario de Capacitación y Formación Profesional de la CGT e integrante del Consejo Directivo de la CSA
Rebanadas de Realidad - CGT-SIPEDYB, Buenos Aires, 08/09/10.- Echarse a la mar o remontar un gran río no es para aventureros, ni entusiastas amantes de la naturaleza, ni pescadores con aspiraciones improvisadas de marineros. Ni mucho menos para invocadores de tormentas y tsunamis.
Quienes tuvieron en sus manos un ejemplar de "Moby Dick" se habrán sorprendido al observar las complejas características constructivas del ballenero "Pequod"; de las aptitudes de su capitán y la tripulación; de los requisitos de alistamiento para sobrevivir durante duros meses en alta mar.
E ejemplo literario es valido para comprender la hora actual, en la obra se conjugan la venganza del Capitán Ahab, el dominio de la naturaleza y la obsesión humana. En la política, se registran los avatares de los acontecimientos históricos. Unos y otros se confunden como si formaran los capítulos de un diario de navegación.
Su autor, H. Melville tuvo tiempo para incursionar en otros asuntos como decir maliciosamente: "… gracias a los balleneros se logró al fin la liberación de Perú, Chile y Bolivia del yugo de la vieja España, y se estableció la eterna democracia en esos países".
Nuestra nave va…
Nuestra nave cumplió doscientos años de su botadura, allá por 1810, pero algunas de sus maderas nobles como los metales de sus mecanismos son de más antigua data…
En 1810 la nave se remozó con un diseño más audaz, independiente y propio. Y sujeto al perfeccionamiento y adecuación con el paso del tiempo.
En el astillero "Argentina" se exhiben en sus paredes los cuadros de los principales constructores: Moreno, Rivadavia, Rosas, Mitre, Roca, Yrigoyen, Perón, Evita, Martínez de Hoz, Alfonsín, Menem, De la Rúa, como si fueran lo mismo.
Es que los proyectos en pugna en el devenir de nuestra nave, como los objetivos confusos de su ruta de navegación, intereses económicos contrapuestos, incluyendo a los capitanes aviesos que tomaban, como un botín de guerra, las vituallas del cocinero. Hizo que en reiteradas situaciones, esos personajes innombrables llevaran a nuestro navío por aguas tenebrosas.
En más de una ocasión, la nave estuvo a punto de irse a pique, no sólo por efecto de las tormentas económicas y las crisis mundiales, sino por el grado de dependencia de los suministros extranjeros o la débil posición comercial; el resultado quedo a la vista: perdida de los fletes, asociaciones espurias con pescadores extranjeros o los quiebres de los grandes astilleros como ocurrió en las décadas del ´80 y ´90, convertidos desde entonces en depósitos de contenedores.
Todo un paradigma, que hizo escorar peligrosamente a nuestra Nación, cuando nuestras industrias y mano de obra quedaron subordinadas a las grandes empresas corporativas internacionales. Los trabajadores cesanteados o desocupados en aquellos años nefastos veíamos impotentes como las riquezas arribaban a puerto en cientos de miles contenedores, favoreciendo el crecimiento y desarrollo de terceros países. Era lógico porque los planos constructivos y los diseños se compraban en el exterior; los mayores lo recordarán y nuestros hijos ya lo estudian en la escuela: reforma del Estado; diseño económico gestado en el FMI y el Banco Mundial; revolución tecnológica y de las comunicaciones; dominados por las transnacionales, etc.
Sin embargo nuestra nave pudo capear las tempestades neoliberales, pero muchos oficiales perdieron la brújula y muchísimos tripulantes enfermaron de escorbuto y tuberculosis como antaño…
A la "libre navegación de los ríos" impulsada por el imperio británico en el siglo XIX (que terminó con los proyectos nacionales de J.M. de Rosas; el oriental M.Oribe; el paraguayo S. López), para las décadas de fines del siglo XX, los grupos de poder arremetieron con la imposición de los "mercados libres" y la intentona estadounidense del ALCA.
En diciembre de 2001, la tripulación se amotinó y el capitán fue rescatado en helicóptero y en los años subsiguientes, algunos responsables fueron sometidos a juicio y condenados, mientras otros quedaron a disposición de la Justicia. (Con estos capitanes nunca tuvimos vientos favorables…)
La historia nos enseña que en todos los tiempos hubo tipos aviesos que sólo vieron sus intereses personales o sectoriales, -sin importarles demasiado nuestra nave-, los hay en todas las profesiones y oficios y hoy como ayer se manifiestan libremente, en el fabuloso velamen que conforman los medios de comunicación,
Hacia el 2003, nuestra nave recobró el trazado del rumbo verdadero sobre la carta de navegación, su capitán y capitana fijaron los objetivos estratégicos, alistaron la nave convenientemente (aún falta mucho y todos los marineros lo sabemos, salvo los necios) y convocaron a las gentes de buena fe, a la clase trabajadora, al pueblo argentino ¡a navegar!
Una medianoche en el camarote de la tripulación "arponeros y marineros" del ballenero "Pequod" un marinero portugués dijo:
"¡Como rueda el mar, deshaciéndose contra los flancos de la nave! ¡Prepárense a arrizar, valientes míos! Los vientos cruzan sus espaldas y pronto arremeterán todos juntos contra nosotros".
(Pura coincidencia entre literatura y realidad)
El presente material se edita en Rebanadas por gentileza de Ana Virginia Liberal, Secretaría del SIPEDYB.
Rebanadas de Realidad - Envíenos sus comentarios e informaciones

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails