sábado, agosto 21, 2010

"Me quedo mucho más tranquilo", Por Alfredo Grande. “Para los ricos los countries; para los pobres las cárceles. Cada uno tiene el encierro que puede” (Aforismo implicado)


El ex presidente aseguró por Radio 10 cuando se gobierna “hay que hacer lo que más necesita la gente y hoy es la seguridad”. Agregó que ya trabaja en la “prevención y represión del delito”. El ex mandatario Eduardo Duhalde ratificó esta mañana que en caso de ser electo en 2011 trabajará sobre “políticas de estado” y dentro de ese marco construirá “más cárceles si es necesario”, porque el “pedido principal de la población es la seguridad”. Duhalde explicó que durante estos primeros meses como candidato presidencial se dedicaron “a la seguridad pública, en materia preventiva”, mientras que el mes que viene se volcarán “a la represión del delito”. “No puede ser que chicos entren entre 30 y 40 veces a la cárcel porque van a terminar muertos. Matan a una persona y le dan 25 años, pero después resulta que sale a los 5 años”, remarcó el ex mandatario en declaraciones a Radio 10. “Lo mismo pasa con los violadores que salen por buena conducta y vuelven a delinquir. Claro que van a tener buen comportamiento si ellos violan a mujeres y niños, a quién van a violar en prisión”, precisó. También exigió una mayor inversión en la lucha contra la droga y no dudó en afirmar que “si la necesidad es construir cárceles” lo hará, porque indicó que un gobierno “debe hacer lo que más necesita la población y hoy seguro que va a decidir por la seguridad”. Duhalde se refirió de esa manera a unas declaraciones que realizó su esposa Hilda González de Duhalde, quien dijo que entre construir caminos y prisiones, ella priorizaba la segunda opción.
(INFOBAE.COM 14-08-10)


(APe).- Pocas veces, muy pocas veces, recuerdo por ejemplo cuando mi primera suegra empezó a hacer sus valijas lo que anunciaba una pronta retirada, que puedo tener sensaciones de máxima tranquilidad. Si fuera ciudadano de ciudad gótica, supongo que la tranquilidad sería el logo de Batman proyectado en las nubes, más allá de una maldita noche estrellada. Ni que hablar si somos residentes de USOFNA y vemos al mequetrefe de Clark Kent que rápidamente se trasvestía como superman (suele ser en una cabina telefónica sin vidrios polarizados, pero lo hacía tan rápido que nadie lo veía en paños menores). De todos modos, nada comparable con la relajada paz que me ha llegado luego de leer la noticia que da estímulo, y porque no decirlo, inspiración, a estas líneas.

Las declaraciones del Cabezón y la Chiche (pido perdón por este exceso de confianza, pero acostumbrado a que mencionen a nuestra presidenta como Cristina, incluso en una agrupación reciente se ha multiplicado como “las cristinas”, aunque es cierto que Néstor sigue siendo más Kirchner que Néstor, porque siempre habrá patriarcado entre nosotros) son declaraciones de una envergadura tal ante la cual empalidecen tratados de derecho internacional, psicología comunitaria, sociología de las grandes urbes (temí al escribir que se me deslizara mal el dedo y quedara escrito “grandes ubres”, lo que hubiera sido sin duda procaz) Si lo cortés no quita lo valiente, lo sencillo no quita lo inteligente.

La necesidad de la población es tener cárceles. Incluso, y esto no lo dijo por modestia pero estoy tranquilamente seguro que lo piensa, que esa necesidad lleva a muchos a estar mejor adentro que afuera de las cárceles. Después de todo, en un país donde el Estado de Derecho es constante hace décadas, las cárceles son para enmendar al reo y no para castigarlo. Incluso cuando salen de su merecido encierro son aclamados por la sociedad, y para nada discriminados por sus años de alejamiento de la sociedad civil. Incluso muchos de ellos obtienen los trabajos que antes, aunque con seguridad no siempre, les resultaba imposible conseguir. Han hecho estudios primarios, secundarios y universitarios, así como el aprendizaje intensivo de diferentes oficios que los han tenido ocupados y bien entretenidos. Y no es un dato menor, la experiencia carcelaria templa los ánimos, al igual que en otros tiempos el inolvidable servicio militar obligatorio, cuna de héroes.

Incluso los que están más seguros en las cárceles son los delincuentes, ya que al menos el riesgo del siempre imprevisible gatillo fácil se reduce, aunque no pueda evitarse (¿hay alguien perfecto acaso?) que corran el riesgo de alguna muerte accidental, aunque no siempre sea de un anarquista, como explicara Darío Fo. Por lo tanto sería harto mal intencionado, más propio de sátrapas de la política que a honestos profesionales de la susodicha actividad, inferir, colegir, suponer, barruntar, imaginar, interpretar que la propuesta tiene un fundente represor.

Permítaseme un comentario para aquellos que al escuchar o leer las declaraciones a la radio más escuchada del país, (que no es como algunos piensan por la potencia de la antena robada, sino por la calidad intrínseca de sus programas) afirmaron: “¡al fin se sacó la careta este represor!”. Mi comentario es simple: ja ja ja. Maúllan Sancho, señal que arañamos. Es para reírse de todos los moralinos humanistas que prefieren proteger a los gusanos y pisar a los seres humanos. Buena rima, hermanos.

Ya lo dijo una oyente en el programa de otra radio, que como no es la 10, quizá sea la 8: “el tema de la seguridad es terrible. No solamente están matando policías sino también personas” (sic) Yo se que ahora vendrán caras extrañas, con su limosna de alivio... y sus estúpidas garantías procesales. No me vengan ahora con el recuerdo del abogado Toto Zimmerman que inventó lo del gatillo fácil cuando se puso a defender a las víctimas de la denominada Masacre de Ingeniero Budge.

¡Qué manía que tienen algunos de llamar a todo masacre! ¿No puede haber errores, excesos, celos en el cumplimiento del deber, incluso actos fallidos como diría algún psicoanalista judío y ateo? Masacre de Margarita Belén, de Cromagnon, del puente Avellaneda. En vez de ocuparse y preocuparse por la seguridad de la población, se ocupan de las “masacres”. Me resisto a decir que “por algo será” que fueron masacrados. Me resisto pero igual lo digo.

El que juega con la edad de imputabilidad, amanece encarcelado. ¿O van a creer que la policía balea por la espalda? Lo que pasa es que los muy cobardes que atentan contra la seguridad de la población, en un segundo disparan, pero en menos de un segundo se rajan. Por suerte nuestro querido Cabezón logró que todos se olvidaran de Cabezas. O casi todos. Y también que muchos de los injustamente acusados por haber defendido a las fuerzas vivas de la Intifada de Avellaneda, hoy tienen cargos públicos y siguen predicando diferentes evangelios. Incluso me atrevo a presagiar un destino venturoso cuando el Mismo Duhalde (no El Otro como escribió un periodista que con toda seguridad no trabajará jamás en radio 10) no apadrine mas a candidatos inventados que luego, abusando de su nobleza, se escapan hacia territorios que nunca, pero nunca, habían frecuentado. ¡Y todo por desacreditarlo!

Y alguna vez el Señor de los Inundados explicará que fue lo que vio que nunca pudo contar. Porque hay varios y varias que insinúan que se trató de sexo oral. Lo importante es que de consuno, o de consuna, ambos dos, matrimonio también pero en serio, no como el de pingüina con pingüino que parece una de Disney, ambos dos priorizan la construcción de cárceles. En buenísima y recontrabuenísima hora.

Cárceles si, caminos no. ¿Para qué sirven los caminos, acaso el poeta tan mencionado por la prole progre no decía que “caminante no hay camino, se hace camino al andar”?. Caminen, caminen, paguen peaje cuando lleguen, y sigan caminando. Ellos, o sea, ella y él, harán cárceles, la nueva versión de la posta del caminante. Braden o Prisión. Es necesario invertir además en la lucha contra la droga. Sin dudar. Hay demasiada competencia. Y además de las cárceles, multar y multar, penalizar y penalizar. Enarbolar la bandera de la responsabilidad individual y seguir recaudando, recaudando, o sea, contribuyendo.

Como dice el tango: “en tu esquina rea, cualquier cacatúa, sueña con la pinta, del gran cabezón”. Estemos tranquilos. El hombre, araña. Que no es lo mismo que el Hombre Araña, un neurótico con trastornos obsesivos de la personalidad, y además, culposo.

Yo quiero estar seguro, no solamente sentirme seguro. Y la seguridad es una picada que se come sin escarbadientes. ¿Cómo qué tiene que ver? No se puede explicar todo. Primero lo votan, después lo entenderán. Ya lo dijo en momentos aciagos de los que supo sacarnos, dólar más, peso menos. “Estamos condenados al éxito”. No se condenados a cuantos años, si rige el 2 x 1, si 5 por 1 no va a quedar ninguno, si seremos beneficiados por la probation o por la fornication, pero algo tengo absolutamente claro.

Basta de pensar. Incluso una fórmula con Ricardo Fort no sería mala idea. Algunos pensarán que es pésima. Pero con estas declaraciones... yo me quedo mucho más tranquilo.

www.pelotadetrapo.org.ar

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