miércoles, julio 07, 2010

"La Patria Grande" Alberto Pinzón Sánchez (especial para ARGENPRESS.info)


Corría 1990 y desde los Estados Unidos se decretaba para toda la Humanidad el fin de la Historia. Entre la densa polvareda producida por la caída del Muro de Berlín y el desengaño, algunos Marxistas a la defensiva abandonaron reliquias y principios. El imparable reflujo de masas en todo el Globo impedía pensar con claridad y calma, y el desconcierto fue aprovechado por los ideólogos del Imperialismo para avanzar en medio de una ofensiva impensable, imponiendo por todos los medios a su alcance su neoliberalismo globalizador.

Samuel Huntington anunciaba la ultima oleada universal de la democracia “made in USA”, y en la Patria Grande surgieron por ese ensalmo “democrático de la mano invisible del mercado” como paradigmas neoliberales: el relamido César con sus cuatro infames Carlos: Carlos Salinas en Méjico, Carlos Menen en Argentina, Carlos Andrés Pérez en Venezuela y Cesar (OEA) Gaviria en Colombia; encargados cada uno de aplicar rajatabla el recetario neoliberal y amarrar para siempre con tratados de Libre Comercio, las economías bananeras y enclenques de sus países a la poderosa carroza Imperial. ¡Bien venidos al Futuro! Ha comenzado el sangriento desfile, y los que van a morir de explotación, balas y miseria, oh Cesar, te saludan.

Al unísono, los pueblos de la Patria Grande fueron no solo despojados por los Santanderistas y vendepatrias de todos los países, de su Historia (falseada) y del nombre que los unía y los identificaba frente al invasor colonial. La América Española del tiempo de la lucha anticolonial de Bolívar o “Colombia” de Francisco Miranda, al agregarle Brasil se convirtió en “Iberoamérica”, y a medida que el impero español iba siendo reemplazado por el Imperio ingles y luego estadounidense, a comienzos del Siglo XX, se llamó Latinoamérica, a la que un poco más tarde agregaron “y el Caribe”.

¿Qué une a los latinoamericanos y caribeños: El idioma, la religión, la economía, la cultura, la música o un Estado? Nada de eso ya les es común. En el Caribe y las Guayanas se hablan lenguas germánicas (inglés y holandés) junto a lenguas clasificadas como latinas (castellano, portugués, francés y creol) y lenguas indígenas. Coexisten innumerables religiones “oficiales” y diversas costumbres regionales, horizontes culturales muy distintos y economías muy dispares, cuyo único rasgo generalizable es que todas son atrasadas, subdesarrolladas o mejor, dependientes del Imperialismo y sus instituciones financieras Transnacionales. Sin embargo a falta de un mejor término y como si fuera una fatalidad, se aceptó esa FICCIÓN impuesta por las Metrópolis, de la misma manera que los inmigrantes debieron aceptar el odio con que los denominaron inicuamente para separarlo e identificarlos, como “sudacas, spaniks, chicanos o latinos”.

Latinoamérica y el caribe. Título sugestivo para un informe del Fondo Monetario Internacional, o una reunión diplomática en cualquier parte, o para una canción en “spanglish” de Gloria Stefan, Ricky Martín o Shakira, que no identifica a nadie con nadie. Como un Mac Donald en Singapur, Polinesia, Bolivia o Alaska solo identifica el “american way of life” globalizado. Así, el equívoco término de Latinoamérica y el Caribe, se ha convertido en una “Área de Libre Comercio” (ALCA) y se ha parcelado en “Regiones” para poder ejecutar los correspondientes planes Geo-estratégicos: Méjico y Centroamérica son sinónimos de Plan Puebla-Panamá. La región Andina de la Iniciativa Regional Andina/ Plan Colombia, y el Caribe como el cono Sur, en Regiones separadas con un plan de integración aparte.

Durante las 2 décadas posteriores, la demanda de cocaína siguió aumentando en los paraísos del Consumo superdesarrollados, y su precio mantenido artificialmente con la incalculable suma de dólares norteamericanos empleada en la represión militar de la War Drug (guerra antinarcóticos). Entonces, como en cualquier película de los intocables de Eliot Ness, en el tiempo de la prohibición del alcohol en EEUU, las masacres de mafiosos y gángsters gringos, encarnizado por realizar el otro sueño americano del “self made man”; se globalizaron (con la misma lógica implacable de los Mac Donald) y se trasladaron de Chicago a las ciudades Latinoamericanas y del Caribe.

Y el experimento de los PEPES realizado en 1990 por Cesar (OEA) Gaviria para unir, la DEA norteamericana, el Poder del Estado colombiano, con una mafia narcotraficante en contra las mafias rivales se generalizó en el Área y las Regiones, justificando de antemano más represión, más War Drug y mejores precios para la merca.

¿Se ha “colombianizado” Méjico? No es sostenible esa hipótesis, pues en Colombia se libran dos guerras mezcladas y simultaneas: La Antinarcóticos y la Contrainsurgente, que no es el caso mejicano. Lo que se observa en cambio, es que la estrategia estadounidense de la guerra antinarcóticos o contra las drogas para el Área de Libre Comercio, no ha resuelto ningún problema para los que se implementó: Las mafias surgen y resurgen como hongos después del aguacero, se trasladan entre los diferentes países y Regiones del “Área”. Guerrean a muerte entre ellas o con el Estado por el control del mercado, pagan gatilleros profesionales o “contract killer”, que en Colombia se llaman simplemente Sicarios, para realizar masacres espectaculares (casi cinematográficas) que quedan impunes, y finalmente la mercancía blanca llega a las calles del Primer Mundo produciendo dólares verdes: Como lo decía literariamente Pablo Escobar: “Les enviamos blanco y traemos verde. Son los colores de mi equipo Medeyiiin”.

La mejor muestra de la derrota de estos dos términos “Latinoamérica y el Caribe” y “War Drug”; es la imagen de Uribe Vélez, el mejor aliado latino de los EEUU el Área de Libre Comercio; cuando le avisaron de la espantosa masacre en una discoteca de Medellín-Itaguí, realizada la semana pasada en su ciudad natal “al parecer” por Valenciano, el hijo de crianza del narco paramilitar Don Berna, a quien Uribe Vélez extraditó a EEUU para silenciar sus declaraciones comprometedoras. Lo único que atinó a decir tratando de tapar con un dedo el derrumbe de su Seguridad Democrática, era que todo el poder de fuego que tuvo a su disposición durante 8 años como comandante general del ejército de Colombia, quedaba reducido a su teléfono celular.

Con esto; ¿cómo No seguir levantando el concepto bolivariano de Patria Grande, diferenciador, antiimperialista y Anfictiónico (léase bien Anfictiónico), que nos da vida común, Historia unida, y futuro permanente asegurado?
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